Arguiñano nos ofrece el programa perfecto, tertulia económica-política y recetas
unidos en un solo producto. Y no recetas cualquiera: arroz y patatas, la nueva
dieta española.
Si comparamos a la menestra de trabajo “de la virgen un capote
siempre llega” con el cocinero “de esta la religión no nos saca”… Yo creo que Arguiñano
sería mejor ministro de trabajo y, citando a Groucho, un niño de cinco años mejor
presidente. ¿Cómo nos va a sacar de la crisis una entidad que le pufea el IBI al estado?
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