sábado, 16 de junio de 2012

Earthdawn: Huida de Cordinca

La partida de Earthdawn de JP tiene como fondo la invasión del mundo por parte de “la corrupción” una fuerza espiritual que, haciendo honor a su nombre, se expande contaminando todo lo que toca. No se pueden obtener información sobre ella sin ir cayendo bajo su influjo. Algunas partes de este relato hacen referencia a este tipo de datos, así que las censuro hasta que la campaña termine y se levante el secreto de sumario.


SESION 3
28/04/2012

Ha llegado a manos de los perdidos una carta de su antiguo líder. En ella les cuenta las visiones onírico-apocalipticas que tuvo cuando durmió en la “máquina de morg” (Morg dice…).

No me queda claro si la maquina es un constructo, un plano astral en sí mismo o que. El tal Morg es quien trajo a los humanos a este grupo de continentes, salvándolos de algún tipo de desgracia cataclismica, aunque él se quedo atrás. Algunos imitaron su conocimiento e ideas y se asentaron en unas montañas a las que actualmente llaman “la fábrica de dioses”.

No consigo entenderles, viajan por planos astrales, hablan con seres casi divinos, trabajaron para el liche,… y ahora siguen con su ronda de despedidas de personas irrelevantes o relevantes pero que les maltratan e insultan. Me retiro a estudiar un libro con el dichoso Tamarlin. Sería fantástico ir a ese plano de las nieblas, a donde el Liche no tiene huevos de volver, partir unos huesos y luego regresar triunfal y más sabia. Aunque si eso ocurriera… ¿me daría a mi también por ignorar cartas claramente importantes de mis ex compañeros e ir a jugar a tomar el té con gentuza que me quiere ver muerta? Empiezo a entender porque Arcasandar no se moleta en seguir a sus amagos de asesinos… ¡Que época esta!

El Kobold me saca de mi aletargamiento para que le mueva una losa que da acceso al túnel por el que nos llega el agua, según él alguien nos está envenenando con alquimia. Me uno a su expedición para encontrar el origen del agua que bebemos. Con una antorcha en la mano, un kobold encima y un palo para tantear el suelo (cuando eres densa como la piedra pero necesitas respirar, el agua puede ser muy peligrosa) nos internamos en el túnel. Tras un buen rato caminando, cientos de lanzas emergen del suelo. Gracias a una relativamente ágil esquiva y mi piel de piedra, libro, quedando rodeada al milímetro por las lanzas, el kobold en un alarde de impaciencia no espera a que la trampa vuelva a esconderse y salta a una pared de donde emerge otra ristra de lanzas que lo atraviesan por varios puntos.

SPOILER. Cojo a mi pequeño amigo y me lo llevo corriendo hacia la salida, intentando presionar su herida para que no se desangre. Por suerte un medico vive cerca de la casa del gnomo, no solo cose al kobold sino que también me explica un poco de su arte. Porque lo tengo claro, aquí hace falta una mente de piedra con las cosas claras, que entienda que eso de la nigromancia y demonología no trae nada bueno y que la sanación es una ciencia mucho más útil.

Pasare la tarde llevando cubos de agua desde el mar hasta la casa, no quiero beber esa agua contaminada con alquimia. Y el resto del tiempo dando palique al kobold para intentar comprender como hablan ahora su idioma.

Al día siguiente, el trol y el gnomo vuelven en casa en un penoso estado, pero parece que su vestuario desgarrado y su cuelgue mental no son fruto de una tarde de fiesta y drogas sino de un ataque de varios mercenarios, uno de ellos mentalista.
Esa tarde me uno al primer plan al que veo sentido desde que desperté: consultar a las mujeres sabias (videntes) que viven en una aguja de piedra en el mar. Supongo que serán las chamanes de esta época. Es increíble, la última de ellas nos está esperando con unos pergaminos escritos siglos atrás para nosotros, hay incluso uno claramente para mí, ya que es una mancha de tinta que solo yo podría descifrar, dibujada conforme a la manera de pensar de mi mente:

SPOILER

Lo que pone en mi mensaje y las palabras que hablo con la vidente (SPOILER) me conmueven, algo se empieza a gestar en mi interior. Ahora soy consciente de la corrupción que asola el mundo, no la corrupción cotidiana sino esa entidad que va a engullirnos si no se toman medidas drásticas. Cuando la vidente dice: “se acabo, el bebe tendrá que aprender a caminar por sí solo”, tomo conciencia de lo turbulento de esta época, del cambio y la batalla que se aproxima.

De vuelta en la casa, no tarda en ceñirse el peligro sobre nosotros. Erik recibe la visita de uno de los banqueros del kaos con los que trata, le avisa de que los mercenarios que asaltaron al troll y al gnomo, eran solo la avanzadilla, hay veinte mercenarios de elite ciñéndose sobre la casa, al parecer el gnomo tiene algo que ellos quieren.

Arrojo el cofre con los diamantes y monedas por la ventana esperando llamar la atención de transeúntes y hacer algo de revuelo que estorbe a nuestros atacantes y levanto la losa del agua, por fin nuestra estancia en Cordinca toca su fin.

Tras un día, adquiriendo mercancías básicas y reuniéndonos (algunos se separaron del grupo principal), por fin abandonamos la ciudad.

Poco antes de llegar a la fortaleza de La Mortaja, una de las muchas que guardan la salida del valle, la alegría de estar al fin al aire libre y no en una ciudad-cueva se trunca. Hago un terrible descubrimiento que me asola. ¡Las montañas no contienen roca madre en su interior! Horrorizada se lo explico al resto de grupo y ellos me ponen al día de siglos de explotación mágica: construcciones geománticas, catedrales del hielo para la diosa blanca, minado de cristales de mana,… Hay un sinfín de posibles consecuencias de este proceso, pero la más importante e inmediata me asalta: nosotros usamos la roca madre para crear objetos y utensilios, conservar muestras, transmitir recuerdos,… y para reproducirnos. Mi pueblo está condenado, tanto como cultura como especie. Es posible que nunca pueda tener hijos.

Tras una noche en la mortaja partimos hacia las montañas, tardaremos varios días en comenzar el ascenso por los caminos montañosos. Finalmente llegaremos a un pequeño asentamiento de montañeses, unas cabañas en torno a un antiguo Dolmen de piedra. Una roca milenaria que, cuando me enlazo a ella, me transmite imágenes de antiguos rituales, sacrificios de sangre que le fueron realizados en otra época remota. ¿Conocerán los huraños habitantes del lugar el uso para el que fue diseñada la piedra que adorna su plaza o esas magias estarán perdidas en el olvido del pasado? Hacen noche cerca de nosotros la caravana de mercancías a la que hemos adelantado por la tarde. Sus carromatos están hechos de madera fósil, una precaución innecesaria solo para transportar carne de cabra. Obviamente se dedican a algo turbio. Pero siendo que transportan desde y hacia Cordinca, ¿quién podría esperar algo bueno de ellos?

Desde esta noche La corrupción será llamada en mis crónicas como “el Enemigo”. En torno a la hoguera coincido de guardia con Erik, me habla de esta entidad: SPOILER.

Ellos ya han descubierto cosas de este enemigo: SPOILER.

Yo le hablo a Erik de la Guardia de Jade y de nuestros espíritus guía. Y de mi determinación a luchar contra este mal que corrompe el mundo.

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