viernes, 26 de octubre de 2012

liberté, égalité, fraternité...

El país de la liberté, égalité, fraternité aplaza la aprobación del matrimonio homosexual. Parece ser que Hollande comienza a incumplir ya sus promesas electorales y dejar de lado sus “reformas históricas”. De momento aplazan el asunto e ignoran las peticiones de la izquierda de incluir en esta misma ley lo relativo a la reproducción y paternidad. Vamos que los políticos franceses también saben quedar mal con todo el mundo a la vez. 

Con el molón eslogan “Un papa, una mama, nosotros no mentimos a los niños”. Y arropados en los típicos estudios “científicos” encargados a “científicos” totalmente “imparciales” sobre el trauma de los niños adoptados por homosexuales, la confusión de género que les crearía esta terrible infancia, la sagrada institución del matrimonio y demás argumentos ya más que oídos esta caterva de cabrones retrogados se han salido con la suya. 

Veamos la parte buena, tres religiones han mostrado en este campo una rotunda unanimidad y camarería que no logran en Jerusalén: 

La Conferencia de los obispos, autoridad religiosa católica de Francia: “sería problemático y peligroso modificar el Código civil en ese terreno (…) No sería razonable tocar a la institución de la familia, con modificaciones que pudieran tener consecuencias peligrosas para la vida familiar y la filiación de los hijos”. 

Gilles Bernheim, la máxima autoridad religiosa del judaísmo francés: “La familia es la institución que articula la alianza entre el hombre y la mujer a través de las generaciones. La institución de la familia, la célula familiar, crea una filiación directa entre sus miembros: es un acto fundamental en la construcción moral de los individual y de su vida en sociedad”. 

Dalil Boubakeur, máxima autoridad musulmana en Francia: “La legalización del matrimonio homosexual nos parece una amenaza para la familia. Para nosotros, los homosexuales que adoptaran esa vía se pondrían automáticamente fuera de nuestra comunidad”. 

La conclusión es clara: para que musulmanes judíos y católicos dejen de matarse entre sí en oriente próximo, la propuesta más sensata y lógica seria la fundación de un estado fundamentalista homosexual por la zona.

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